8.-Cinemática
y dinámica relativista.
8.5.-Composición
de velocidades.
¡Todo empezó por aquí! La
luz no se sumaba a la velocidad de la Tierra en el
experimento
de Michelson-Morley...
Escribiremos ahora las ecuaciones de transformación de la velocidad
(directas e inversas), que se deducen de las ecuaciones de
transformación
de Lorentz [16]:
(Su demostración se hace detalladamente en el Anexo
III)
Obsérvese en primer lugar que cuando u<< c,
β será cero y γ
valdrá 1, con lo que estas ecuaciones de transformación de
Lorentz se reducirán a las galileanas [5].
Visto el aspecto de las ecuaciones, no es difícil imaginar por
qué nadie se esperaba el resultado negativo del experimento
de Michelson-Morley. Para interpretarlo, pensemos en un rayo de luz
en el sistema de referencia móvil (v'x=c),
que se acerca hacia un observador en el sistema fijo. Éste medirá,
de acuerdo con la primera ecuación de [23],
que era lo que se obtenía experimentalmente.
Esta transformación de la velocidad origina curiosos efectos
cuando las velocidades implicadas son elevadas. Por ejemplo, los adelantamientos
en el tráfico intergaláctico serán bien raros... Imagínese
una nave que se mueve a una velocidad de 0.5 c, y otra la quiere
adelantar con una velocidad relativa entre ellas de 0.5 c. En mecánica
clásica, la segunda nave debería alcanzar en total una velocidad
de c. Pero la composición relativista da un resultado bien
diferente:
¡sólo llevando 3 décimas de c más,
se adelanta con 5 décimas de c más!.
Tenemos en estas ecuaciones de transformación de la velocidad
otra manera de ver que c es un tope superior para cualquier velocidad.
Veamos, por ejemplo, con qué velocidad chocan de frente dos fotones
que se mueven a la velocidad de la luz:
No hay forma pues, de acuerdo con la
transformación
de Lorentz, de superar el valor de la velocidad de la luz...
Afortunadamente para la sencillez de nuestros cálculos, en la
vida diaria la composición de velocidades galileana
es una aproximación más que suficiente a la realidad