8.-Cinemática
y dinámica relativista.
8.3.-La crisis de la simultaneidad.
En los dos últimos apartados hemos estudiado un fenómeno,
la contracción de la longitud, en el que hemos supuesto que las
longitudes se medían a la vez, y otro fenómeno, la dilatación
del tiempo, en el que hemos supuesto que las medidas de tiempo se hacían
en el mismo punto.
En ambos casos hemos visto cómo no es posible esquivar el carácter
relativo del tiempo y del espacio. Una consecuencia inmediata de ello,
y trascendental, es el tener que abandonar el concepto de simultaneidad
absoluta que manejaba la física clásica. (Ver Nota 4) Debido a la
forma de las ecuaciones de la transformación de Lorentz, hemos visto
que relojes sincronizados con su tiempo propio no tienen por qué
estarlo cuando se observan desde otro sistema de referencia. Por supuesto,
sigue teniendo sentido decir que dos sucesos son simultáneos para
un observador, pero otro que se mueva respecto al anterior ya no dirá
que sean simultáneos para él.
Una consecuencia directa del abandono de la simultaneidad absoluta es
que todas las leyes que exijan la simultaneidad de sucesos en sitios
alejados deben ser descartadas o reformuladas. (Ver Nota 5) En particular, el principio
universal de conservación de la energía sale bastante malparado
desde este punto de vista, ya que no podemos ir más allá
de su conservación a escala local.