6.Algunos textos.

Text 1) «Alegra’t, oh terra tota, han arribat els bons temps. Ha estat nomenat un senyor en totes les nacions [...]. L’aigua dura i no manca. El Nil duu una crescuda alta. Els dies són llargs [...], els mesos arriben correctament. Els déus estan contents i alegres de cor, i la vida transcorre entre l’alegria i la maravella» (Himne per la pujada al tron de Mineptah, successor de Ramesses II. Recordeu que a Egipte tota pujada al tron es considerava com una actualització de la cosmogonia...).

Text 2) «Joaquim le quedó sometido [a Nabucodonosor] durante tres años. Luego volvió a rebelarse contra él. Yahvé envió contra él [=Joaquim] bandas de caldeos, bandas de arameos, bandas de moabitas y bandas de ammonitas; los envió contra Judá para destruirlo según la palabra que Yahvé había dicho por boca de sus siervos los profetas. Tan sólo por orden de Yahvé ocurrió esto en Judá, para apartarlo de su presencia por los pecados de Manasés [...]. Yahvé no quiso perdonar» (2 Reis, 24, 1-4).

Text 3) «Aquesta és l’exposició de les investigacions d’Herodot d’Halicarnàs, perquè no s’oblidin amb el temps els fets dels homes, i perquè no quedin sense glòria grans i meravelloses obres, tant dels grecs com dels bàrbars, i, sobretot, la causa per la qual es van fer la guerra. [...] Haig d’explicar el que s’explica, però de cap manera m’ho haig de creure tot...» (Herodot d’Halicarnàs, Històries).

En primer lloc, situeu els textos, breument i de manera precisa, en el seu context espacial, cronològic i cultural. En segon lloc, reflexioneu sobre el contingut dels textos comparativament, és a dir, observant en què se semblen i en què es diferencien i per què. Redacteu UNA PLANA amb el resultat de la contextualització i de la reflexió. Aneu a allò essencial: aquest és un treball de síntesi i s’hi ha d’exposar una idea concisa i clara. (Atenció! No reproduïu els textos en el treball; en tot cas, podeu reproduir paraules, expressions o frases breus.)


En este ejercicio sobre textos antiguos, identificaremos dichos textos con los nombres de Mineptah, Joaquim y Herodoto. Se situarán en su contexto y se hará un comentario comparativo entre ellos.

El primer texto, el de Mineptah, se sitúa en el complejo cultural africano antiguo, concretamente en Egipto. Cronológicamente estamos en la transición entre Rameses II y su decimotercer hijo, Mineptah, pertenecientes ambos a la misma dinastía XIX del Reino Nuevo. De acuerdo con el Atlas Historique de l'Égypte ancienne de la Editorial Autrement, tras el largo reinado de Rameses II (1279-1213 a.C.) su hijo Mineptah reina desde el 1213 hasta el 1203 a.C. Es un reinado lleno de acontecimientos importantes, entre los que podríamos destacar el rechazo de la invasión que sufre Egipto por los libios, acontecimiento grabado en el patio del séptimo pilono del templo de Amón en Karnak. En otra estela (llamada "de Israel") sobre esa invasión, encontrada cerca de los colosos de Memnon y actualmente en el Museo de El Cairo, aparece por primera vez una referencia a Israel como pueblo nómada no asentado. De este reinado se conservan abundantes obras de arte de todo tipo, como el famoso cuento de "Los dos hermanos".

El segundo texto, el de Joaquim, aparece en uno de los dos libros de los Reyes, libros canónicos de la Biblia (escrita entre los siglos IX a.C. y I d.C. aproximadamente), considerados "históricos". Culturalmente nos encontramos pues en el complejo cultural del Próximo Oriente, concretamente en el ámbito de los pueblos semitas. El acontecimiento que se describe se sitúa en las postrimerías del Reino de Judá, en los años anteriores a la caída de Jerusalén ante Nabucodonosor, que según los apuntes de la asignatura, se produce en el 586 a.C. Joaquim reina desde el 609 hasta el 598 a.C., siendo deportado a Babilonia. (Ver una cronología y un mapa en este enlace.)

El tercer texto, el de Herodoto, está extraído de su libro Historia, tratándose concretamente del primer párrafo (Proemio) del primer libro, el dedicado a Clío. Vive Herodoto en Halicarnaso (actualmente Bodrum, en Turquía) en la costa del Mar Egeo, entre los años 484 y 426 a.C. Nos hallamos así en el complejo cultural septentrional, en una Grecia ya clásica, en pleno esplendor del siglo de Pericles. El texto escogido de Herodoto no narra ningún acontecimiento, pero a cambio hace una "declaración de intenciones" sobre el cómo y el porqué va a narrar los acontecimientos de su Historia. Ello ya nos lleva a entrar en el contenido de los tres textos...

 



  
En el momento de comparar lo que estos textos nos ofrecen, se abren varias líneas de estudio, en gran manera relacionadas entre sí.

En primer lugar se detecta, al verlos en su conjunto, el siempre controvertido tema de la fiabilidad/validez de las fuentes. Los tres textos son buenos ejemplos de tres tipos de fuentes bien diferentes entre sí. La primera es una fuente sin ninguna intencionalidad histórica directa en su origen, como (¿casi?) todas las egipcias, aunque nosotros tratemos luego de encajarlas de alguna manera en nuestro discurso histórico. La segunda es una fuente con pretensiones históricas, si bien enmarcadas en un contexto bíblico más apto para generar otro tipo de conocimiento, basado más en las ideas, en el pensamiento, que en la historia estrictamente factual. El tercer texto es el arranque de un libro en el que el concepto de historia ya es el nuestro, y con el debido contraste con otras fuentes, lo que en él se narra ya lo consideramos "histórico" en la acepción actual del término. Ninguna fuente (ni estas ni ninguna otra) es decisiva en sí misma de manera absoluta, todas necesitan de su contraste con otras, y cada una nos abrirá una faceta diferente del conocimiento histórico.

Desde otro punto de vista, podemos acercarnos a estos textos mirando lo que cada uno de ellos expresa en cuanto al concepto de la divinidad en su contexto cultural. El primero de ellos habla de una multiplicidad de dioses, contentos y alegres por la renovación cosmogónica que se describe. En el segundo nos encontramos con un único dios, más bien poco misericordioso, incluso un tanto vengativo. A diferencia de los dioses egipcios, integrados en su contexto, el dios hebreo es increado, está fuera de la creación (única y no renovada), que es su obra, de la que es dueño y señor. En el tercer texto, el concepto de divinidad como generadora del acontecimiento está tan ausente que llama poderosamente la atención. Herodoto se acerca a la historia, a la investigación, desde un punto de vista totalmente laico, sin referencia alguna a lo sagrado, que sí aparece en los dos primeros textos.

Y, evidentemente, podemos mirar estos textos como representantes de los discursos en los que se generan. Un discurso mítico puro el primero, un discurso el segundo también mítico pero matizado dentro del monoteísmo hebreo (diferente del politeísmo egipcio en varios aspectos, como el de la no-integración del dios en su obra), y un discurso ya totalmente lógico el tercero, en el que nos reconocemos fácilmente. Tres maneras diferentes de abordar la realidad, ni mejor ni peor la una que las otras, cada una de ellas válida en su contexto y aptas todas para generar diferentes facetas del conocimiento histórico que se busca.

 

(José Carlos Vilches Peña. Vielha, junio 2006.)