3.La evergesia en Roma

En la segunda parte de este trabajo se nos propone el estudio de cuatro inscripciones romanas en las que se pone de manifiesto el concepto de evergetismo. Antes de entrar en el detalle de ese estudio, haremos una breve introducción para clarificar el entorno conceptual en el que nos movemos, pero desde luego sin reproducir lo que ya se ha estudiado sobre el mismo1 en el material de la asignatura.

De entrada, habría que señalar que la palabra2 “evergetismo” no se usaba en griego3, sino que se describía el fenómeno a partir del hecho, con el sustantivo “evergesia”, (ευεργετισμός: hacer buenas obras) y a partir de sus autores, los “evergetes” (Ευεργέτης) que en castellano usamos en singular como “evergeta”. El concepto nace pues en la Grecia antigua, y se usa en el sentido de el ejercicio de actividades de tipo altruista por parte de personajes ricos y/o poderosos, tanto del ámbito público (los menos...) como privado. Si se tratase de buscar un sinónimo para evergeta, podría usarse mecenas, filántropo, altruista, benefactor, munífice... siempre en el buen entendimiento de que un evergeta “hace más” de lo que realmente está obligado a hacer, es decir, debe existir una gran componente de “voluntariedad”. Es pues una práctica bien antigua, por la cual un personaje que puede permitírselo busca, a cambio de sus “buenas obras” donadas a la colectividad, un prestigio/propaganda de tipo político, por ejemplo, o simplemente social (existimatio, reputación). También en otros casos se hace a cambio de nada (al menos en principio...), como por ejemplo cuando se dedica a la perpetuación de la memoria de un difunto... Es una aportación que sale del mundo privado y se dirige hacia el mundo público, a modo de “compensación”, de ayuda, en unos momentos históricos en que el concepto de tributación generalizada como medio de financiación de lo público estaba en pañales. Y podría también investigarse sobre la relación que el estoicismo, con su idea del deber moral, tuvo con el evergetismo.

El evergetismo inicial de la época helenística deriva hacia un evergetismo más político4, más interesado, a medida que el poder público griego se debilita. En algunos casos de faraones y reyes, el reconocimiento de evergeta se incorpora al propio título, como en el caso de Ptolomeo III (246-222 a.C.) y Ptolomeo VIII (182-116 a.C.) en Egipto, Nicomedes III (128-91 a.C.) en Bitinia, Antíoco VII (167-129 a.C.) en Siria,...

➋De manera natural, el evergetismo pasa a Roma ya durante la República, y aunque Augusto no sea ni mucho menos el primer evergeta romano, sí es cierto que eleva mucho el listón, tal como hemos visto en el apartado anterior dedicado a él. Construcciones de todo tipo, donaciones en dinero, donaciones en grano, realización de juegos y luchas de gladiadores,... conforman diferentes modos de expresar el evergetismo. Y debe recordarse también que cuando un hombre público, como un emperador, actúa como evergeta lo hace desde un punto de vista privado la mayor parte de las veces, financiando sus actuaciones con su riqueza privada. Por debajo del emperador (gobernadores provinciales, por ejemplo) se tuvo bastante cuidado de no confundir lo público con lo privado, con lo que no hubo un exceso de evergetismo en este escalón administrativo. El fenómeno pues tuvo su mayor expresión en el ámbito privado, entre gente pudiente -no podía ser de otro modo- y especialmente, entre terratenientes, poseedores de grandes fortunas. Pero no sólo son los muy ricos los que pueden ser everguetas, hay también un escalón más sencillo, en el que un médico cura sin cobrar, un comerciante hace donaciones de sus productos a gente muy necesitada,... El evergetismo es una manera de ver -y de actuar en- las relaciones entre distintas capas sociales (¿hablaríamos de clases?) y fue útil para el imperio en muchos sentidos, iniciando su decadencia a la par que éste.

Puede clasificarse5 el evergetismo en general (y el Augusto en particular) en diferentes ámbitos: el económico (alimenta, annona, distribución de dinero y/o tierras...), el lúdico (juegos -ludi-, gladiadores...), y el arquitectónico o edilicio (construcción y reparación de templos, teatros, anfiteatros, circos, acueductos, termas... la lista es infinita, el carácter espectacular y duradero de toda construcción tiene un indudable atractivo...) Esta actitud de Augusto y de sus sucesores se convierte en un espejo en el que deben mirarse todos aquellos que puedan hacer este tipo de actuaciones, y el fenómeno se extiende intensamente en la sociedad romana imperial. El entorno físico (construcciones...) se ve grandemente beneficiado, las tensiones sociales derivadas de escaseces alimentarias quedan un tanto diluidas, se genera una actividad económica beneficiosa para los salarios y el comercio, y, en general, podemos decir que nos encontramos ante una forma -todo lo primitiva que se quiera, pero importante6- de redistribución parcial de la riqueza privada en beneficio de la colectividad7.

Pero el evergetismo no se agotaba en lo anterior, sino que también tocaba temas menos tangibles, valga la contradicción: subvención a embajadas al extranjero -tanto de tipo político como comerciales-, premios en fiestas y concursos artísticos, condonación de deudas, pagos de dotes,... muy pocas cosas quedan fuera del ámbito de actuación del evergetismo, poniendo así de manifiesto su profunda penetración en la sociedad romana.

➌Una vez contextualizado -aunque lo haya sido de manera breve- el fenómeno del evergetismo en Roma, podemos pasar a estudiar las cuatro inscripciones que se nos proponen. De entrada, como trasfondo de las cuatro, hay que decir que se originan en el entorno africano de Roma. Y que también las cuatro inscripciones hacen referencia a temas constructivos, templos sobre todo.

La primera inscripción, que se encuentra recogida en el catálogo IRT (Inscripciones Romanas Tripolitanas8) con el número 324 dice lo siguiente9:

Numini Imp(eratoris) Caesaris divi f. Augusti pont(ificis) m[ax(imi) imp(eratoris) XX co(n)s(ulis) XII]I tr(ibunicia) pot(estate) XXXIIII calchidicum et porticus et | porta et via ab XVvir(is) sacr(orum) [--- dedica]ta est. Iddibal Himilis f. Caphada Aemilius d(e) s(ua) p(ecunia) f(aciendum) c(uravit) calchidicum et porticus et portam et viam


 
Datada en los años 11-12
d.C., de acuerdo con los cargos de Augusto que se describen -la XXIIII tribunitia potestas concedida la ejerció entre julio del año 11 d.C. hasta el 30 de junio del año 12 d.C.-, se encuentra en las ruinas de la ciudad de Lepcis Magna, cerca de Trípoli, en la actual Libia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982. Se halla colocada, en diferentes bloques (tres concretamente) de respetable tamaño, en el Vestíbulo de la ciudad, tal como puede verse con el número 13 en el plano10 que se referencia al pie.

Según lo que en ella se describe, Iddibal Himilis11 (un personaje local al que Lépido, el Triumviro, le concedió la ciudadanía romana, como sugiere el nombre Himilis12) ha ofrecido (oferente/dedicante) y pagado de su propio bolsillo la construcción del Vestíbulo, el pórtico, la puerta y la vía (¿de acceso? ¿la del patio de entrada?) , habiendo sido consagrada su donación por los quindecimviri sacris faciundis, donación13 que se hace a título gratuito para honrar el poder divino del emperador Augusto.


La segunda inscripción, que se encuentra recogida en el catálogo ILPBardo (Inscripciones Latinas Paganas14 del Museo del Bardo15 en Túnez) con el número 184 dice así:

Imp(eratore) Caesare Augusto X[II]I M. Plautio Silvano co(n)s(ulibus) M. Titurnius M.f. Arn(ensi) Africanus aede(m) Telluris refec(it)

Datada en el año 2 a.C., de acuerdo con el año de consulado de Augusto compartido con M. Plautio Silvano16, es una inscripción procedente de la ciudad de Vaga, en la actualidad Béja17 en Túnez, en aquellos momentos una ciudad “indígena” en la cual estaban empezando a establecerse ciudadanos romanos. Posteriormente (209 d.C.) se convirtió en colonia18 bajo el imperio de Septimio Severo, con el nombre de Septimia Vaga.

En esa inscripción se describe la donación de la restauración del templo de la diosa Tellus en Vaga por parte de Marcus Titurnius Africanus, de la tribu de los Arnensis19. Se piensa20 que la diosa Tellus era la diosa de la Tierra (Démeter) de la cual Ceres (Koré) sería la hija. En la inscripción no se especifica el origen del dinero invertido en la misma, pero como en algunas fuentes se dice del oferente que era un “ciudadano romano individual”21 cabe pensar que sufragó los gastos a sus expensas. Y respecto al motivo o la intención de la donación, es muy probable22 que sea otra dedicación a un dios para honrar al que es hijo de un dios, Augusto, como tantas otras de la zona y de la época.

 

La tercera de las inscripciones que estamos comentando, también recogida en el catálogo ILPBardo -visto anteriormente- con el número 2, 7, presenta el siguiente texto:

Genti Augustae P. Perelius Hedulus sac(erdos) perp(etuus) | templum solo privato | primus pecunia sua fecit

En los catálogos en los que aparece esta inscripción queda datada de una manera menos precisa que las anteriores, ya que no hay una referencia directa a hechos cuya cronología conozcamos con exactitud. De esta manera, lo más que podemos decir23 es que se ha generado entre los años 27 a.C. y 14 d.C., por la referencia que se hace a Augusto y también por el tipo y el aspecto de las letras utilizadas. Es una inscripción encontrada en Cartago, en la actual Túnez, en una colina llamada Byrsa, y el detallado relato de su descubrimiento puede leerse en la referencia24 que se cita al pie. En dicha inscripción se explica que Publius Perelius Hedulus ha dedicado a la gens augusta (aunque la forma genti augustae hace pensar que se refiere a la familia más directa de Augusto, ya que no usa el gentilicio que era de esperar) la construcción de un templo nuevo -el primero en la ciudad dedicado a Augusto- sobre unos terrenos de su propiedad, y que los costes de esa donación corrieron por su cuenta. El sentido que se le da a la palabra perpetuus aplicada al sacerdocio de Perelius Hedulus es doble. Por un lado, puede tratarse de “perpetuo” en sentido estricto, de manera que fue el encargado del culto en ese templo de manera vitalicia. Pero también se interpreta en sentido “honorífico”: tras un año de sacerdocio retuvo el título simplemente ad honorem. También se han encontrado ladrillos con el nombre de nuestro personaje, lo que nos lleva a pensar que era un hombre de negocios activo, y quizás un liberto, como dice Romanelli en su Storia delle province romane dell'Africa.25

El templo que se cita en la inscripción es un claro exponente del culto temprano a Augusto que se desarrolló en Cartago, como en muchas otras ciudades, y es un indicador de la movilidad social, económica y política en las colonias romanas.

 

La cuarta y última de las inscripciones a estudiar, recogida en la revista Année Épigraphique26 (AE) del año 1996 con el número 1706, nos dice lo siguiente27:

Pro salute Imperatoris Caesăris Titi Aelĭi Hadriani Antonini Augusti Pii, Publĭus Cornelĭus Viator et Iustus Bithĭes filĭus, magistratus ciuitatis Siualitanae, aedem sacram Cererum, uetustate corruptam, ampliauerunt, decreto decurionum, pecunĭa publĭca, et dedicauerunt.

Cabe decir que es la inscripción que más ha costado localizar28 y estudiar, por la diferente grafía utilizada para la ciudad donde se encuentra en Túnez, en la carretera que desde la costa en Hammamet se interna en el país (Sidi Amor Jedidi, Sidi-Amor El-Jedidi, Sidi Jedidi29 -o Jadidi-, Dar Hamad Djedidi...) También el nombre latino dio complicaciones de transcripción, pero al final se puede identificar el lugar de la inscripción en la civitas Sivalitana, un lugar que como los anteriores pertenecía a la provincia romana de Africa proconsularis.

Para la datación nos basamos en la referencia que se hace al emperador Antonino Pio, que dirigió Roma entre los años 138-161 d.C., siendo pues la inscripción más tardía de las estudiadas. En ella se describe la restauración/ampliación que se hace/se promueve de un templo de Ceres por parte de dos magistrados locales, Publius Cornelius Viator y Justus Bithies filius, y que se ofrece pro salute del emperador del momento. La obra se hace bajo los auspicios de los decuriones de la ciudad (los curiales que administraban los caudales públicos, nada que ver con el grado militar del mismo nombre) de manera que es la comunidad la que realmente pagó la ofrenda.

En la inscripción se usa la expresión mibilis Cererum, en la que mibilis es un término fenicio equivalente30 al romano numen, usado pues en el sentido de “poder divino”, como vimos ya en la primera inscripción. Y en cuanto a las divinidades implicadas, volvemos a encontrar a Ceres y Démeter, como en la segunda inscripción estudiada. Nos encontramos pues ante un nuevo ejemplo de “romanización”, con una adaptación a las circunstancias característica del entorno y del momento, en el que diosas griegas, fenicias y romanas juegan a intercambiarse en su papel polivalente, ayudando así a la comprensión mutua entre colonizados y colonizadores.

NOTAS:

1ESPLUGAS, “El món romà” , pág. 153 y ss.

2La introduce Pierre Boulanger en 1923, H.I. Marrou en 1948 la usa para explicar cómo se hace el aporte/retorno de la propiedad privada a la colectividad, y a partir de 1967 Paul Veyne la hace servir como un concepto más en el ámbito de la sociología en la historia.

3Aunque sí se usaba “benéfico”:

εὐεργετέω: el hacer un bien, un servicio a alguien.

Εὐεργεσία: el buen hacer, beneficio, favor, servicio.
εὐεργέτημα: la acción buena en sí, beneficio, favor.
εὐεργἐτης: el bienhechor.
εὐεργετικός: lo benéfico.

4SARTRE, Maurice: “El oriente romano. Provincias y sociedades provinciales del Mediterráneo oriental, de Augusto a los Severos”, pág. 156 y ss., de. Akal, 1994, consultable en línea parcialmente en

http://books.google.es/books?id=wLHVPtRzbIQC&pg=PA156&lpg=PA156

5ESPLUGA, “El món romà”, pág. 156 y ss.

6SARTRE, obra citada, pág. 162 y ss. Se hace un estudio económico de algunos costes evergéticos, que resultan impresionantes... bastantes veces costeados a base de la creación de “fundaciones”, un hecho que ha llegado hasta nuestros días... ¡nada nuevo bajo el sol!

7Aunque algunos autores, como Veyne (muy criticado), reducen las motivaciones del evergetismo a un simple acto de “distanciación” entre el evergeta y sus beneficiados, una compulsión psicológica individual sin mayor pretensión que la pura exhibición de su riqueza. Ver SARTRE, obra citada, pág. 172-173.

8Una obra de referencia, “The Inscriptions of Roman Tripolitania”, de J. REYNOLDS y J.B. WARD-PERKINS, Londres, 1952. Existe una versión en línea en http://irt.kcl.ac.uk/irt2009/ para hacer consultas de inscripciones concretas.

10Plano de Lepcis Magna: http://www.temehu.com/Cities_sites/LeptisMagna.htm. Ver el punto arqueológico nº 13.

11Para la transcripción de los nombres púnicos al latín, véase el libro de Robert M. KERR, “Latino-Punic Epigraphy: A Descriptive Study of the Inscriptions”, de. Mohr SIEBECK, Tubingen, 2010. Consultable en línea (parcialmente) en

http://books.google.es/books?id=CewSLElhE8gC&pg=PA123 , en especial la nota 337 de la página 123 por lo que hace referencia a nuestro personaje.

12Véase el artículo “Romanitas and the Roman Family: The Evidence of Apuleius's Apology”, de Keith BRADLEY, publicado en agosto de 2000 en el Canadian Journal of History, consultable en línea en

http://www.thefreelibrary.com/Romanitas+and+the+Roman+Family%3A+The+Evidence+of+Apuleius%27s+Apology%281%29.-a066210901 Debe irse al apartado II, párrafo cuarto (están sin numerar)

13En la dirección http://www.ub.uni-heidelberg.de/archiv/7440 hay un espléndido artículo de Markus ARNOLDS titulado “Funktionen republikanischer und frühkaiserzeitlicher Forumsbasiliken in Italien” (Functions of Republican and Early Imperial Basilicas of the Forum in Italy), que en su apartado 4.2 titulado “4. 2. Das Chalcidicum in Lepcis Magna ”, páginas 137-143, hace una profunda descripción e interpretación de la inscripción que nos ocupa. El problema es que al estar en alemán es difícil captar los matices en los diferentes traductores automáticos probados... Lo que más puede interesarnos, para completar la información que ya tenemos, es que dice que la expresión f(aciendum) c(uravit) indica muy probablemente que se hizo siendo el oferente magistrado en ejercicio de sus funciones...

14Otra obra de referencia en el mundo de las inscripciones latinas: Benzina ben Abdallah Z., “Catalogue des Inscriptions Latines Païennes du musée du Bardo”, Rome, 1986.

15Véase un buen resumen sobre este museo en http://fr.wikipedia.org/wiki/Musée_national_du_Bardo_(Tunisie) No debe confundirse con otro museo del mismo nombre situado en Argel...

17Un buen sitio sobre Vaga/Béja: http://bejahier.ifrance.com/index.html. La inscripción que nos ocupa está referencia en el apartado http://bejahier.ifrance.com/inscrip/6.htm A Béja también se la conoce en árabe con el nombre de Badja.

18“Les cités romaines de la Tunisie. Essai sur l'histoire de la colonisation romaine dans l'afrique du nord”, de J. TOUTAIN, consultable en línea en:

http://www.archive.org/stream/bibliothquedes72ecoluoft/bibliothquedes72ecoluoft_djvu.txt

19Una lista de las tribus romanas: http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Tribus_romanas El pueblo de los arnienses era muy probablemente itálico, de la zona del río Arno.

20CADOTTE, Alain, “La romanisation des dieux: l'interpretatio romana en Afrique du Nord sous leHaut-Empire”, pág. 545, consultable en línea en http://books.google.es/books?id=JrkYYSfi9aoC&pg=PA545

21Mary Beard et. alt., Religions of Rome: A history”, consultable en línea en http://books.google.es/books?id=2rtaTFYuM3QC&pg=PA336, página 336.

22Así se afirma en “Religions, Pouvoir, Rapports Sociaux”, obra colectiva del Centre de Recherches d'Histoire Ancienne, Université de Besançon, pág. 153 (hay una pequeña discrepancia temporal en la datación de la inscripción...)

http://books.google.es/books?id=fGwR96Q77HgC&pg=PA153

23Por ejemplo, puede verse en http://www.helsinki.fi/hum/kla/htm/Appendices1and2.pdf, en su apéndice, un catálogo de inscripciones latinas en el artículo titulado “The phraseology and structure of latin building in scriptions in roman north africa ”, de Ari SAASTAMOINEN, pág. 433, inscripción 16.

24“Un temple de la Gens Augusta à Carthage”, comunicación presentada por M. CAGNAT en 1913, consultable en

http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/crai_0065-0536_1913_num_57_9_73309 , pág. 680-686.

26http://www.anneeepigraphique.msh-paris.fr/ Contenido no consultable en línea.

27Puede leerse completa en la base de datos de epigrafía de la Universidad de Heidelberg:

http://edh-www.adw.uni-heidelberg.de/edh/inschrift/HD050470

28Un espléndido buscador de inscripciones latinas se encuentra en la dirección siguiente:

http://www.manfredclauss.de/es/index.html Además de su potente buscador, tiene enlaces a otras páginas también muy útiles.

30David S. POTTER, The Roman Empire at bay, AD 180-395”, pág. 26, consultable en línea en

http://books.google.es/books?id=Da6U4NaBMZAC&pg=PA26