1.La paidéia
1.1.Kalokagathía, paidéia y agogé
En
Beazley1
se
llama
copa
al
plato
de
figuras rojas,
pero
parece una
kylix2.
Al
leer
“Douris
egrapahsen” vemos
su
autor, que
plasmó
una escena escolar: un
maestro enseña el
barbiton,
otro
muestra un texto,
otro los
mira.
El
ánfora de figuras negras3
muestra
corredores
en
un
stadion.
La
hizo
el Pintor
de Cleofrades que
firma con un Pegaso en la Cara A4.
No
he sabido encontrar
su origen, pero
procede de un yacimiento etrusco
pues
en su
cara B se lee5
“suthina”.
Ambas
ilustran la educación ateniense arcaica, un modelo -paidéia-
restringido a los aristoi, que busca la excelencia (areté)
y el ideal aristocrático, la kalokagathía (lo bello y lo
bueno), estudiando6
poesía y música y la práctica gimnástica.
La
paidéia7
cambia en el S. V: además de modelo educativo, empieza a ser una
manera de afrontar la realidad, diferente en Esparta y Atenas.
La
agogé de Esparta es pública, obligatoria, y forma a sus
varones (las mujeres, con limitaciones) en la guerra y la politeia,
con un mínimo de otros contenidos. La agogé8
forma una simbiosis perfecta con el sistema espartano, pero deja
fuera gran parte de la población. En Atenas la paidéia
llega a más personas (sin mujeres, esclavos ni extranjeros) y
mantiene su sentido tradicional pero incorporando otros elementos:
diké, sentimiento comunal participativo, respeto a las leyes,
libertad de pensamiento (nacida en Mileto)
En
Esparta la dualidad individuo/estado está muy escorada hacia el
segundo y en Atenas hay un mayor equilibrio entre ambos, siendo la
educación un asunto privado en manos de particulares
especializados9:
paidotribes, citaristas y gramatistas enseñan práctica
atlética, música y lectura/poesía/recitación. Ello sería
imposible sin los sofistas10,
educadores de las élites11,
con nuevas ideas de ética y derecho, innovadores, racionales,
críticos, relativistas12,
con los que el nomos es sólo un contrato entre el individuo
y la sociedad que garantiza la convivencia. Los sofistas13
enseñaron a respetar y valorar la justicia y la ley, y su actitud no
dejó de acarrearles problemas, como a Sócrates.
1.2.La
agogé en los clásicos
Carreras
dice14
que Atenas admira a Esparta por subordinar el interés
particular al general -otro objetivo de la democracia ateniense- y
que Platón, Aristóteles y Jenofonte ven en ella una sociedad ideal.
Platón
busca
volver
a
la
pureza de la
areté,
y
la
ve
conservada
en Esparta: mejora
su
modelo, al
basarlo en
la filosofía
y
no
en la guerra, y
en
La
República lo
idealiza
pero
sin
su militarismo.
El
modelo
que
propone15
en
Las
Leyes y
La
República es
reflejo de
la agogé
lacedemonia16
en
la
que
educación17
y
política van
unidas,
y
cree18
que sólo la
paidéia
orientará
bien
la politeia,
siendo19
así
la
educación el fin último del estado.
Aristóteles20
dice
sobre
la
educación que
“En
este punto nunca se alabará bastante a los lacedemonios.”
Está
de acuerdo con la agogé,
pero
no me atrevo a afirmar que sea
filoespartano, ya que su “Política”
está llena
de críticas, como se ve21
en el “Examen
de la Constitución de Lacedemonia”: critica la exclusión de
la mujer de la
res publica,
las desigualdades básicas
del sistema, la política
natalista, la institución de los eforos...
En
La
República de los Lacedemonios, Agesilao y Helénicas
de
Jenofonte
vemos su predecible posición filoespartana,
pues
militó
con Agesilao tras la
Anabasis. Da
su opinión favorable sobre
la agogé en
los cap. II a VI de La República... y en las
otras obras no he sabido ver referencias educativas.22
Tres
clásicos pues que admiran la agogé y (salvo Aristóteles)
confían en el modelo espartano en general.
1.3.Las
ánforas panatenaicas
Estas
ánforas eran premios (“TON
ATHENETHEN ATHLON”)
de
los Juegos Panatenaicos
dedicados
a Atenea celebrados
en Atenas desde
566. Vemos
a
Atenea Prómacos,
“la que combate delante” y detrás
aparece
la prueba
cuyo triunfo premia.
El
artista, elegido
por concurso, ha
de respetar
el
diseño en
su estilo
arcaico.
Se lee
el nombre del arconte23,
lo que permite fecharlas,
y aunque
se añadió la Niké, diseño
y estilo
se mantuvieron aun cuando
las figuras
negras ya no
se usaban.
Su contenido -de
30 a
40 litros- era aceite
“sagrado”, como
cuenta Aristóteles en la Constitución de los atenienses24. Recogido
por el arconte, se guardaba en la Acrópolis hasta el momento de entregarlo a
los ganadores de las pruebas atléticas
o las carreras de caballos. Otras pruebas tenían otros premios: las
musicales recibían premios
en oro y plata, y las
militares, un escudo.
1.4.Egospótamos y agogé
El
S. V y la Guerra del Peloponeso tocan a su fin. Esparta va ganando en
tierra, pero la flota ateniense conserva las rutas principales de
suministro. Para cerrarlas, Esparta pretende bloquear el Hellesponto,
a lo que Atenas debe responder. Lisandro25,
epistoleus del navarca
Aracos, captura sorpresivamente26 en Egospótamos27
(405) casi
toda la
flota ateniense (con mando múltiple: Conón, Menandro,
Tideo, Adimanto)
Sin flota y en bancarrota,
Atenas sucumbe en poco menos de un año.
Las
causas de la derrota se gestan
en el mando ateniense, mediocre y difuso,
frente a un mando espartano competente y definido. Atenas
desconfía de sus estrategos,
impelidos a una acción prudente, temerosa, mientras Lisandro ejerce su
poder sin cortapisas.
Esta situación influye
en la disciplina de la flota, con deserciones hacia la espartana, que
pagaba mejor a sus remeros, lo que Atenas no quiso hacer. El
entorno favorecía a los espartanos, ayudados por el
aqueménida Ciro “el joven”, interesado en esa
alianza.
La
posibilidad de que los respectivos sistemas educativos
influyeran
en el resultado la veo remota y las
causas enumeradas bastan para
no tener que especular sobre ello. Lo
único que me atrevo a comentar se refiere al sistema general y no
sólo
al educativo, ya que Lisandro encarna el individualismo del poder
espartano, su independencia decisoria, la concentración de la
voluntad en un objetivo, mientras los estrategos
atenienses diluyen
su responsabilidad y sufren el control y la desconfianza de sus
dirigentes. Si ello es consecuencia de las diferencias educativas,
que es
discutible, sólo
habría conformado el marco general de las causas de la derrota.
1.5.Paidéia
o agogé
Para escoger entre ellas
deberíamos saber el nivel
económico en el que estaríamos (en Esparta no importaba,
pero sí en Atenas), tener
en cuenta el sexo de los
educandos (ambos
sistemas forman a sus varones, pero Esparta atendía mejor que Atenas
a las mujeres), considerar los objetivos... En esos contextos, creo
que Esparta daría a mis hijas un mejor trato educativo y mis hijos
tendrían en Atenas una formación más integral de la persona, no
sólo en el aspecto físico/militar. Nada nuevo bajo el sol, hoy
tomamos decisiones similares: ¿Enseñanza pública o privada?
¿Concertada o privada estricta? ¿Laica o religiosa?
1.6.Paidéia y politeia
Platón relaciona
paidéia
y politeia, y siendo
la educación uno
de los
fines
del sistema, la
paidéia y
la
agogé
serán
modelos que articularán la esencia griega. Con
objetivos definidos, buscando
integrar al individuo en el
“ser” de su entorno, se
convierten,
de forma
obligatoria/pública en Esparta y más voluntaria/privada28
en Atenas, en la manifestación
de la
manera de pensar/hacer que educa
para la vida adulta, en la
que se participa
en la polis con plenos derechos.
El
concepto griego de
educación
poco tiene que ver con
el
actual,
diferenciándose en ese papel de formación en valores ciudadanos,
abandonado por
nosotros.
Ahora
la
educación es uno más de
los
campos de actuación
del
gobierno,
mientras que Platón pensaba que el gobierno debía ser mera
consecuencia de la
educación bien planteada. A favor del
sistema
actual hay que decir que es infinitamente más universal que el
griego, cuya restricción
a una parte de la población considero que constituía
su mayor defecto.
2.Discurso de Pericles
2.1.Esparta y Atenas
Las leyes que rigieron Atenas quedan recopiladas y fijadas por
escrito por primera vez por Dracón (621 a.C.) Esa recopilación
recogía el hecho de ser Atenas el dominio de la aristocracia,
un régimen
político que ha sustituido a
la monarquía en su
dominio sobre el demos.
La Constitución de Solón
(594) es el primer atisbo de un cambio29
esencial en el régimen político ateniense30.
El demos se
compartimenta y se ordena en
un sistema31
censitario basado en esa compartimentación, en el que cada clase
social puede
desarrollar ciertas funciones. Una timocracia basada en
el honor (τιμη, timé)
y
en
la capacidad económica, y
que, con
el poder en unas pocas manos, puede tildarse
perfectamente de oligarquía.
En un proceso paradigmático32,
el régimen de Solón es sustituído por la Tiranía
de Pisístrato33,
que sin llegar a lo peyorativo34
que el término tiene en la actualidad, y reconociendo algunas
“bondades” de la tiranía -como el lograr imponer un respeto a la
autoridad del gobierno35-,
es un paréntesis36
en la marcha de Atenas hacia la democracia. Se cierra esa
etapa cuando Clístenes37
(508) desarrolla el sistema democrático
que se asociará38
para siempre a Atenas. Un demos
sin limitaciones ni cortapisas, formado por ciudadanos iguales que
responden ante unas leyes iguales para todos, ejerce el poder de
manera directa39,
aunque con algunas instituciones de un cierto aire “representativo”.
Esas isopoliteia e
isonomia no se aplican
a la totalidad de la población, excluyendo a extranjeros, mujeres y
esclavos, a pesar de lo cual
la democracia ateniense estabiliza el sistema político, le da
coherencia y permite soportar muchas de las vicisitudes del
espléndido
pero convulso S. V.
La política
ateniense presenta dos grandes facciones40,
la más conservadora y nostálgica de la aristocracia/oligarquía
(Cimón) y la democrática más radical (Efialtes, Pericles). Las
reformas (462) de Efialtes son continuadas a su muerte por Pericles41,
consiguiendo que el muy conservador Aerópago pierda
sus funciones esenciales. Sin embargo, Pericles también es el autor
de la conversión42
de la Liga Délica en un “imperio” ateniense, de manera que si
las formas democráticas se asentaron firmemente en Atenas, no lo
hicieron en sus territorios aliados, convertidos poco menos que en
súbditos. Al acabar la
Guerra del Peloponeso, y tras el período de los “30 Tiranos” (más oligarquía
que tiranía), el
arconte Eucleides restaura la democracia, introduciendo reformas para
neutralizar las influencias oligárquicas
anteriores43.
La democracia ateniense llega
a su fin a manos de los
Diádocos en el 32244,
aunque su legado ha sobrevivido al paso del tiempo como la forma
ideal (o idealizada) de gobierno.
Mientras
tanto, Esparta ha seguido un camino político más estático45.
No hay apenas
cambios46 a partir de la Retra de Licurgo (650
a.C.) y Esparta47
se rige por una timocracia48
llevada
a tal extremo (sólo hay una clase social, la
aristocrática, que puede
ejercer los derechos ciudadanos) que puede calificarse49
sin duda como una oligarquía. Atenas
y Esparta bifurcan sus caminos, en los que encontramos algún parecido y muchas diferencias50.
Ambas usan los
conceptos
de isonomía e
isopoliteia, pero
Esparta los
restringe fuertemente a
una sola
clase, sus hómoioi,
unas pocas decenas de miles, mientras que Atenas lo extiende a una
parte mucho mayor de su población.
Ambos
enfoques enfrentan
la oligarquía espartana a la democracia ateniense,
con
diferencias notables en la educación (agogé
/ paideia),
expansión
territorial (mayor
en Atenas, volcada al mar),
organización
política (asamblearia en Atenas, monárquica bicéfala en Esparta),
estructura
del demos
(mucho
más rígida en Esparta), instituciones de gobierno (la apella
decide
mucho
menos que la ecclesía),
uso
del voto (directo en Atenas, a través de los eforos
y la gerousía
en Esparta), libertad
de expresión (isegoría
en Atenas, aclamaciones en la apella
espartana), cultura
(filosofía,
historia,
literatura,
teatro...) El conservadurismo de Esparta hizo que su sistema político
fuese más largo que el ateniense, pero la pervivencia en el tiempo
ha jugado a favor de este.
2.2.Pericles en Tucídides
Cuando Tucídides introduce discursos (logoi) en La Guerra
del Peloponeso no está haciendo
nada que no se hubiera hecho ya, como se ve en Homero y Heródoto.
Convenientemente seleccionados, alternando opiniones -como los sofistas-,
Tucídides pone en boca de otros personajes lo que dijeron, sin hacer
suyas las ideas expuestas51
(cosa un tanto imposible, dada su disparidad). Correctamente
situados en el tiempo, cargados de contenido político, en fuerte
contraste con la frialdad con la que Tucídides describe los hechos (erga),
los discursos seleccionados se ajustan52
al fondo de lo dicho (vertidos
al ático), aunque sean
reelaboraciones a posteriori, dado que Tucídides está en el
destierro y que la taquigrafía no
está inventada. Son
a la vez subjetivos (en su selección, en su extensión, en su forma
literaria) y objetivos en el sentido en que Tucídides hace
llegar el sentido de lo dicho de la manera más fiel posible, si no
en la forma, sí en el fondo. Y
no es trivial en absoluto la dificultad de escribir lo que nació
para ser declamado...
El
discurso53
que Pericles pronuncia en Atenas en el invierno del 431-430 pasa por
ser una obra maestra de la oratoria fúnebre, en el que además del
elogio a los atenienses muertos en el primer año de la Guerra del
Peloponeso, hace un encendido panegírico54
de la Atenas del momento, especialmente de su sistema político, la
demokratia. El
discurso es claramente demostrativo (epidíctico55),
ya que habla de hechos
recientes/actuales y se dirige a un público que no ha
de tomar decisiones sobre
ellos. Reconocemos en él una introducción justificativa
(35), un recuerdo a los
antepasados (36), la descripción de las virtudes atenienses (37-41),
la referencia a los caídos en la guerra (42),
un intento de infundir confianza en el futuro (43), y
unas palabras finales de consuelo a los familiares de los muertos
(44-46).
Da
la sensación de que Pericles use la excusa del elogio fúnebre para
hacer el elogio del sistema político que él defiende y encarna. Se
nota en la gran diferencia de tratamiento de las dos partes
fundamentales del discurso, la referida a los muertos y la referida a
la democracia. Además de la
mucha mayor extensión de esta segunda, en la primera se diluye
la individualidad de los caídos, considerándolos como meros
servidores de la patria, en la que radica la verdadera esencia de los
valores. Toda la pasión
puesta en la defensa de la democracia se trasforma en una cierta
frialdad cuando hace referencia a los que la están sosteniendo con
la fuerza de sus armas.
El
impacto del discurso no pudo ser uniforme en la Atenas de Pericles. La
adhesión a sus opiniones y liderazgo no era ni mucho menos unánime, y la democracia radical de
Pericles se enfrentaba la facción oligárquica, reminiscencia de la
aristocracia, en absoluto residual, como puede verse en el episodio
de “los 400” -un golpe de estado oligárquico56-
o, más tarde, en el resurgir oligárquico
de los “30 Tiranos”
impuesto por Esparta. La situación es ambivalente,
ya que mientras los opositores a Pericles criticaban su defensa del
sistema democrático, el propio Pericles ejercía un liderazgo que
podría tildarse de un tanto oligárquico, calificándolo57
Tucídides (¿un demócrata
moderado?) como
“gobierno de un solo hombre”58.
Y
ya que se ha citado a Esparta, haremos notar que en el discurso de
Pericles sólo aparece directamente nombrada una vez en
relación con las alianzas militares en 39-2,
pero que no deja de estar presente
en todo él de manera indirecta en varias ocasiones, cuando
comenta la expulsión de extranjeros sospechosos y el exceso de
adiestramiento militar en 39-1, o
al hablar de “la belleza con sencillez”
en 40-1 (en contraposición
con el culto al cuerpo espartano), o
cuando hace referencia al “saber sin relajación”
(aludiendo al poco interés de los espartanos por la cultura) en
40-1, o cuando en 40-2 realza
el valor de la palabra, aludiendo al poco interés espartano por la
oratoria... parece natural que tuviera que ser así, dado el contexto
en el que se pronuncia el discurso, en los inicios
de la gran conflagración entre los griegos del S. V.
3.Mujeres en Atenas
3.1.Comedias de Aristófanes
El principal
comediógrafo clásico
griego59 es Aristófanes,
que vivió en Atenas entre
los S. V y IV. Sufre la Guerra del Peloponeso, asiste
a la recuperación democrática,
y ve la
condena de Sócrates en 399 que
ha criticado60
en
Las Nubes. El
encono
de Aristófanes hacia los
sofistas nos
fija su
posición
conservadora
en lo social, político y filosófico.
Conservamos once de
sus comedias61, con estructura similar en
casi todas62, alternando
el diálogo entre unos pocos actores y las
intervenciones del coro
(salvo
en las últimas, como La
Asamblea de las mujeres). Se
inician con
el prólogos, exposición de lo que se hará,
presentando el coro en el parodos. Sigue el agôn,
argumentando el tema principal, con la parábasis en la que el
coro se dirige al público. Los epeisódia, reforzando
las conclusiones del agón, preceden
al fin con el éxodos,
a veces con un córdax. Sus últimas obras no tienen todas
esas partes, reduciendo el papel del coro, anuncio de una nueva fase63
de la comedia.
La obra de Aristófanes64
es
un tanto ambivalente. Es una fuente
inagotable de referencias a la situación del momento, pero no
sabemos bien la trascendencia que tuvo en la sociedad
ateniense, ya que la frontera entre la simple provocación y la
auténtica sátira aparece desdibujada.
3.2.Asamblea de las mujeres
Tras la Guerra del Peloponeso,
Atenas sufre el fratricida período de los “Treinta Tiranos” y
en 403, con una amnistía general y un firme deseo de unión, se
restaura la democracia, pero ya nada es igual66.
Una desconfianza hacia lo popular en el gobierno, junto con
sentimientos de revancha -que condujeron a la muerte de Sócrates,
por ejemplo- hace difícil remontar la situación de Atenas, que
inicia una decadencia silente pero cierta.
En
ese
momento
Aristófanes escribe Las
Asambleístas67
(391),
una parodia del orden social
hiperigualitario
preconizado por los demócratas restaurados. Las mujeres atenienses,
decepcionadas por su
exclusión del
gobierno -a pesar de las ínfulas democráticas de sus maridos-,
deciden hacerse con el poder68. Dirigidas por
Praxágora, asisten
a la
Asamblea disfrazadas
de hombre y hacen votar su
ginecocracia,
todo
un
golpe de estado. Anulan
la propiedad privada,
declaran
pública la vida
familiar,
regulan
lo que ven mal en su
ciudad,
haciéndolo
“a
la antigua usanza”. Aristófanes contrapone, en un contexto de
comedia, la diferencia entre lo que la democracia promete y lo que la
realidad impone, siendo
la
solución eliminar lo que provoque desigualdad, lo que dé
preponderancia a unos sobre
otros.
Esta
obra es más
que un divertimento, una sátira, una reivindicación femenina (usada como
exageración del absurdo). El comunismo
utopista de
Praxágora es la vía con
la que Aristófanes recoge el
sentir
social,
generalizado aunque difuso, que
desea un
cambio para evitar la decadencia iniciada.
3.3.Dos focos en Las Asambleístas
La
comicidad70
de Aristófanes se basa en
el uso
de mecanismos71
para provocarla. Destacan
entre ellos
la originalidad de la
expresión/declamación, la reiteración que da continuidad y
refuerza el efecto cómico, el tono popular, el provocador contraste
entre lo
literal y
lo oculto
que contiene,
las situaciones de
lectura múltiple,
la burla de lo conocido contrapuesto
a lo desconocido, el
retorcimiento del lenguaje hasta el límite de la comprensión... Son
técnicas sencillas que funcionaron perfectamente
y que aún usamos en
la actualidad72.
El
mérito de Aristófanes
radicó en hacer
reír a los atenienses en
un momento muy duro, empobrecidos en muchos aspectos y sabiendo
que los viejos tiempos no
volverían, lo que
no invitaba a la risa.
En
el fragmento proporcionado
hallamos
alguno de esos mecanismos.
Es fácil ver las
reiteradas equivocaciones
invocando
a las diosas en vez de a los dioses,
como harían los
hombres. Aparecen
esos errores
varias veces,
junto con un error de
género al dirigirse a la
Asamblea, y
convenientemente
“sobreactuados”
producen
un efecto cómico acumulativo. Hay
un elemento de burla dirigida
a Epígono, un homosexual presente en el ensayo, con
un gran contraste entre
el entorno,
distendido
y amigable, y
la grandilocuencia del discurso que
Praxágora intenta ensayar. Cada interrupción del mismo volviendo
a lo
real es un
elemento cómico infalible, ya que libera la tensión originada
y activa
el mecanismo de la risa. Cuando
Praxágora explica porqué las mujeres son más sensatas para
gobernar, se intuye
la provocación a la
audiencia, que lo
entendería como una exageración cómicamente
absurda. Las referencias
personales
(Agirrio, Hierónimo, Trasíbulo,
Ésimo) se hacen en
connivencia con el público, movido
a risa por el contraste
entre lo dicho/sugerido y lo conocido, como
reía
también al oír
lo del
exilio
en la Pnix...
Las
protagonistas son
las mujeres atenienses y
Praxágora
explica
su
situación en esos tiempos
(como en los anteriores y
en los venideros): lavan, cocinan, cargan,
fastidian
a sus maridos, tienen amantes, comen
a escondidas, beben vino
sin aguar, les gusta el
fornicio... todo
ello en el
ámbito privado, al que
están relegadas. Eran más
libres en
las fiestas Tesmoforias73,
en honor de
Démeter y su hija Perséfone, invocadas en el texto,
pero sólo si estaban
casadas con un ateniense,
no las
solteras ni las casadas con extranjeros. Acaba
Praxágora recordándonos
la precariedad de la
educación femenina
cuando dice que sabe lo que sabe a base de “oír
a los oradores”, sin
haber recibido una educación explícita.
Esta
situación de la mujer no es exclusiva del
momento. En
La
Ilíada74
Héctor pone rudamente a Andrómaca
“en
su sitio”.
Jenofonte, coetáneo de Aristófanes, escribe un diálogo al estilo socrático, Económico75,
y describe las restricciones de
la “perfecta casada”. En
él, Sócrates e
Iscómaco76 hablan sobre la
nula educación de
la
mujer de este,
y
vemos varias
justificaciones de las diferencias entre varones77
y mujeres78.
Aristóteles en su Política
también
pone al varón por delante79 de
la mujer.
Costaría siglos cambiar esta visión sobre la mujer...
3.4.Ekklesia,
ecclesia, església, iglesia.
►iglesia80:
(Lat. ecclesia = reunión de un pueblo < gr. ekklesia
= reunión, asamblea) s.f. 1-Cada uno de los edificios
destinados al culto de las comunidades religiosas cristianas.
2-Conjunto de todos los fieles cristianos. [...]
►ecclesia,
æ81,
f. (έκκλησία),
asemblée [du peuple]: Plin.
Ep. 10, 110, 1 || asemblée des premiers chrétiens pour
celebrer leur culte: Aug.
Ep. 190, 5, 19 || l'Eglise, la communion chrétienne: Aug.
Serm. 137, 6 || église, [édifice], temple: Amm.
21, 2, 5.
►έκκλησία,
ας82
: assemblée par convocation 1
assemblée du peuple ou des guerriers 2
assemblée des Amphictions a Delphes 3
assemblée du peuple a Sparte, Athènes, [...]
Viniendo iglesia
de έκκλησία
a través de ecclesia
y
usándose
desde el S. I d.C. su acepción cristiana, coexisten las formas
latina (occidente) y griega (oriente). Por
ejemplo,
en los Hechos
de los Apóstoles83
se lee
“ja
que l'assemblea es trobava en plena confusió”
y
Mateo en su Evangelio84
dice
“sobre
aquesta pedra edificaré la meva Església”
La
acepción
de iglesia
que primero se utilizó por los cristianos fue la
de
simple
reunión
de fieles, y más tarde designó
un edificio específico.
Ecclesia
pasó
al
castellano
iglesia
a
través de la simplificación
del
latín popular,
eclesia.
El
sonido de
la c
se suavizó a
g
como
se
ve85
en El
Cantar de Mío Cid,
S.
XI, y
en
el
S. XII
Berceo usa ya
iglesia,
cambiando
la
e
por
la i
para una más fácil pronunciación delante de
g.
Las dos formas van alternando, pero
desde
el
S. XIV se generaliza86
casi87
la actual
iglesia.
En
catalán, la
primera
c
se
pronuncia
s,
la segunda se suaviza a
g,
y la
presencia de la
s
hace innecesario
el
desplazamiento vocálico, llegando
a la forma
esglèsia.
Así,
la forma catalana derivó más directamente del latín, sin pasar,
como el castellano, por la pérdida de una de las
c.
4.Bibliografía.
(Entre
corchetes, el nº de ejercicio en el que se usó: 1.-La
paidéia. / 2.-Discurso
de Pericles. /
3.-Mujeres
en Atenas.)
[1,2,3]Alonso Troncoso,
Víctor. El
genio de Grecia. Madrid:
Historia 16, 1988. (Historias del viejo mundo; 10)
ISBN
84-7679-101-1
[3]Aristófanes.
Los Acarnienses.Los Caballeros. Las Tesmoforias. La Asamblea de
las Mujeres. Rodríguez Adrados,
F., (ed.) Madrid: Cátedra, 2005.
(Letras Universales; 162)
ISBN
84-376-1014-1
[1,2]Aristóteles. Constitution
d'Athenes.
[en línea].
Philippe
Remacle: L'Antiquité grecque et Latine, 2009.
<http://remacle.org/bloodwolf/philosophes/Aristote/constitution1.htm>
[9/11/14]
[1,3]Aristóteles. Política.
[en línea]. Oviedo: Proyecto
Filosofía en español, 2005.
<http://www.filosofia.org/cla/ari/azc03.htm>
[9/11/14]
[3]Bailly,
A. Dictionnaire GREC-FRANCAIS.
París: Hachette, 1950. 2200 p.
ISBN
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ISBN
84-249-1443-0
8Jaeger
I 84-102; IV 968-969
18República
VII 540d-541a
24Constitución
de los Atenienses I-LX
25Vidas
II: Lisandro 315 ss
26Vidas
I: Alcibíades 332-333
50Recopiladas
de las obras consultadas
52La
Guerra... I-22 p. 162-163
53La
Guerra... II, 35-46, p. 447-462
55Mercado
7, 24, 28, 39, 69, 71, 75, 81,...
57Carreras
III 68; La Guerra... II-65,
9, 495
58Plutarco
II Pericles IX 247
60Cavallero
duda de ello, ver Bibliografía
63García
Asambleístas Nota 1
72Billy
Wilder, Woody Allen
73García
Tesmoforías Nota 1
74La
Ilíada VI 490-493 p.
71
83Actes
dels Apòstols, 19, 32, p.
2285